57. Juicio final
Todo había salido bien.
La criatura se formaba sin contratiempos y la futura madre era muy saludable.
Despedirse fue lo que resultó una tortura, pues ese par se anhelaban a cada segundo y sabían que no se verían hasta después del juicio; sin embargo, rogando para que todo saliese a favor, fue lo que hicieron.
— Cuida de nuestro hijo, por favor — le pidió él, recargando su frente contra la suya y rozando sus labios delicadamente.
Ella sonrió a medias y asintió.
— Tú también debes cuidarte — musitó, afligida por tener que separarse del hombre que amaba — prométeme que lo harás.
— Gali…
— Cristo, por favor, promete que te cuidarás y seguirás las indicaciones del doctor — suplicó en voz baja.
— De acuerdo, lo prometo.
Los días siguientes pasaron impresionantemente lentos. Manuela intentaba de cualquier forma darle consuelo, pero ella estaba casi de los nervios, solo fingía cuando Salomé estaba presente, pero después volvía a sentir ese nudo opresor en el pecho.
Cristopher regresó a la sui