Capitulo 48. La Onda Expansiva
El titular brillaba en la pantalla, una herida abierta en la oscuridad de la sala de control. ¿FUE EL SUICIDIO DE FRANCO LOMBARDI UN ASESINATO? La pregunta no era solo tinta digital; era un veneno inyectado directamente en la cicatriz más profunda del alma de Alessandro.
Isabela esperaba la explosión. Esperaba que la furia, la rabia, la violencia controlada que había llegado a conocer tan bien, estallara y consumiera la habitación. Esperaba que volcara la mesa, que rompiera la pantalla, que gritara órdenes a sus ejércitos para quemar el mundo hasta los cimientos.
Pero no hubo nada.
La reacción de Alessandro fue mucho peor, mucho más aterradora. Fue un silencio absoluto. Una retirada total del mundo. Vio cómo el color se drenaba de su rostro, dejando tras de sí una palidez cerosa. Vio cómo sus hombros, normalmente tan rectos y desafiantes, se hundían una fracción de milímetro bajo el peso de un fantasma. Vio cómo sus ojos, que un momento antes ardían de furia victoriosa, se volvían opa