 Mundo ficciónIniciar sesión
Mundo ficciónIniciar sesiónEl silencio en la finca no era natural. Era el tipo de silencio que se siente cuando el pasado se sienta contigo en la misma mesa.
Vincent estaba en el despacho de su padre. Un lugar que apestaba a poder, a historia, a secretos. Las paredes estaban cubiertas de cuadros antiguos: puros hombres. Hombres que construyeron, destruyeron, y que sabían que su legado valía más que su moral.
Su padre, Étienne Valmont, estaba sentado detrás del escritorio de caoba con una copa de coñac en la mano y su bastón apoyado sobre el brazo del sillón.
—Has cambiado —dijo sin mirarlo directamente—. No sé si para bien o para peor.
Vincent se mantuvo de pie, las manos detr&aa









