Havana
Era mi momento. Por fin.
Después del accidente, las llamadas, los comunicados fríos, los titulares escandalosos… era mi momento.
Me puse el vestido rojo. Ese con escote que gritaba que no era una víctima, ni la simple autora de moda, ni “la novia de un empresario poderoso”. Era yo. Havana Belmont. La que escribió su historia a sangre viva.
—¿Lista? —preguntó el encargado del evento, con un auricular en la oreja y los nervios a flor de piel.
Yo asentí. Por dentro, la emoción se me alborotaba como fuego en