A ver, Marcos, sé sincero conmigo de una vez, soltó Clara, clavándole la mirada sin rodeos. Deja de darle largas a lo que sientes. Quiero que te pongas al descubierto, que me enseñes al tipo que vi en Barcelona, al que se le saltaban las lágrimas en sueños. Necesito que me cuentes la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
Marcos se quedó tieso, y Clara notó que se debatía entre el miedo a perderla y las ganas de mandarlo todo al carajo. La propuesta de David Ramos, el temor a quedarse sin ella y lo que sentía de verdad se liaron en una bronca de emociones que lo estaban consumiendo por dentro.No puedo perderte, Clara, dijo Marcos casi sin voz, como si estuviera confesando algo. No puedo. Eres... eres más de lo que jamás pensé que merecía.Clara sintió un subidón de alivio que casi la tumba. ¡Por fin había roto el muro! Había conseguido que Marcos Soler, el Tirano impenetrable, reconociera que le daba pánico perderla, que la necesitaba. Los celos