Después de hablar con Sofía, Clara se quedó pensando, con un montón de ideas y sentimientos revueltos. Sofía tenía razón en muchas cosas. Marcos era un lío, un misterio que la atraía y la repelía a la vez. Pero Clara se dio cuenta de que, a pesar de todo, su corazón mandaba, y estaba en juego de una forma que nunca había imaginado.
¿Qué le digo a Marcos?, preguntó Clara, casi sin voz, sintiendo que ya sabía lo que iba a hacer.Dile la verdad, Clara, dijo Sofía sin rodeos. Dile que te han hecho una oferta, que te lo estás pensando. Y que su forma de ser, su rechazo, su miedo a dar el brazo a torcer, te están lastimando. Que no puedes seguir así, sin saber qué va a pasar. Que necesitas que te diga algo, que haga algo, no solo palabras.Clara sintió miedo. Decirle eso a Marcos, así tan directo, sería arriesgado, podría acabar con cualquier esperanza que tuviera, o de algo más que una relación de trabajo. Era un ultimátum, y lo sabía.Pero si hago eso