Resulta que vivíamos en el mismo edificio, él un piso abajo, cosa que descubrí de pura casualidad. Al principio pensé que me había confundido, que el ruido venía de otro lado. Pero luego, otro gemido, más fuerte, más desesperado.
Sonaba a dolor, a susto. Dudé. ¿Lo ignoro? ¿Llamo a la puerta? Algo me decía que algo malo pasaba. Marcos Soler, el Tirano inexpugnable, no era de mostrar debilidad. Y si hacía esos ruidos, la cosa era seria. Me acerqué a su puerta, con el miedo metido en el cuerpo.Otro ruido, esta vez un sollozo ahogado, lleno de angustia. Era una pesadilla, lo supe al instante. Una pesadilla que lo estaba matando. Sin pensarlo, bajé las escaleras y me planté frente a su puerta.Lo pensé un segundo, y luego, con la mano temblorosa, toqué suavemente. Nada. Pero el sollozo volvió, más fuerte, más desgarrador. Volví a llamar, esta vez más fuerte. Marcos, ¿estás bien? Soy Clara. ¿Necesitas algo?. Silencio total.Después, un movimiento, un a