26. ¿Me amas, Garrett?
Garrett caminaba impaciente por la sala de espera. Había regresado a Los Ángeles lo más rápido posible; sin embargo, seguía sin poder entrar a la habitación de Isla. Los médicos estaban haciéndole un chequeo exhaustivo para descartar cualquier secuela que el accidente pudo dejarle.
Ni siquiera había podido dormir, pensando en Livia y en Isla. A las dos les debía una explicación; sin embargo, solo temía perder a una de ellas. Garrett se mesó el cabello con frustración.
Tenía la corbata colgada en el cuello y tres botones de su camisa abierta. Sentía que iba a asfixiarse en cualquier momento sin tener noticias. Se sentó en la silla y no demoró ni cinco minutos. Tenía tatuada la impaciencia en el rostro.
¿Por qué carajo demoraban tanto?
—Señor Garrett, puede pasar. El doctor ha terminado con la revisión y la paciente está despierta.
Garrett asintió; sin embargo, le llevó varios minutos entrar. Llevaba el saco en la mano, lo dejó en la silla mientras observaba a Is