36. Vete al diablo
Garrett apretó los puños con fuerza mientras los celos se apoderaban de todo su ser y empezaban a nublar sus pensamientos. Recordar la mano del tipo sobre la cintura de Livia, cómo ella aceptaba su invitación…
—Yo, qué tú, iría detrás de ella —dijo Anthony, apareciendo de la nada detrás de Garrett—. No vayan a comerte el mandado con mi sobrina —añadió.
Garrett lo miró, pero no respondió.
—Si quieres otro consejo, aprovecha que es gratis… No repitas lo de hoy; si quieres sorprender a Livia, busca otra manera. Si continúas por ese camino, no llegarás lejos —expresó, caminando hacia su coche.
Garrett no se molestó en darles las gracias. Corrió a hacia su propio auto y salió como si el mismo diablo le pisara los talones. Para su suerte, recordaba el número de placa del coche donde iba Livia. Así que, presionó el acelerador y fue fijándose en cada uno de los vehículos que dejaba en el camino hasta situarse detrás del que buscaba.
Livia no tenía ni la menor idea de que es