70. Un error.

El beso tomó por sorpresa a Garrett y por un momento no supo cómo reaccionar. Los labios de Livia se movían con torpeza sobre los suyos. No había pasión, él lo sabía. Era un hombre experimentado, sabía reconocer el dolor y la necesidad en el beso de la joven. Era como un susurro de auxilio y eso fue peor.

Si se alejaba, Livia podría interpretarlo como desprecio, si no hacía nada… las cosas podían ir por un camino sin retorno. Sobre todo, cuando el aroma del whisky se coló en su nariz. Livia no estaba en sus cinco sentidos. Eso lo explicaba todo.

Garrett tardó unos segundos más en reaccionar, sus manos tomaron la cintura de Livia, no para acercarla, sino para sostenerla y apartarla con suavidad. Ella gimió en protesta. Él contuvo el aliento cuando sus ojos se encontraron.

Livia tenía los ojos rojos e hinchados por el llanto y algo dentro de Garrett se quebró. Deseaba consolarla, abrazarla y prometerle que todo iba a estar bien. Sin embargo, eso sería un acto imprudente de