36. No desistiré
36. No desistiré
Knox se fijó en las mejillas teñidas de rojo carmesí de la mujer. Entonces, Nikki no mentía. La maestra se pasaba viendo sus fotos en los periódicos. No sabía cómo sentirse al respecto, no era una celebridad ni nada que se le pareciera. De hecho, las fotografías siempre eran tomadas sin su consentimiento la mayor parte de las veces.
—Lo siento —se disculpó Nova.
—No, no pasa nada. Son niños —comentó la maestra, viendo a Knox e ignorando a Nova.
—De cualquier manera, le ofrecemos una disculpa en nombre de nuestra hija.
La maestra abrió más los ojos. Knox hasta llegó a creer que la mandíbula de la mujer caería al piso y no era ninguna exageración.
—¿Su-su hija?
—Así es, soy Knox Ridley, el padre de Nikki.
Nova observó en silencio la interacción entre Knox y la maestra, que parecía estar frente a un actor de Hollywood. Aunque no podía culparla, Knox era un manjar de dioses, pero, por el momento, tenía etiqueta de apartado. Sobre todo, luego de la fogosa noche que pasaron