Nicol besa a Ignacio

Esa noche Elian se acuesta junto a Aitiana, se queda mirándola mientras duerme - Como quisiera tener a Nicol, acá junto a mí y no a esta mujer insulsa, aburrida y despreciable.

Luego se gira y se duerme dándole la espalda.

Al día siguiente, Aitiana se sorprende al verlo junto a ella, pero como son esposos, no puede reprocharle nada.

Se cambió, bajó y ya la esperaban Esteban y Soledad.

- Madrina - baja apresurada la escalera.

¡Cuidado! Gritaron los cuatro al mismo tiempo.

- Hija, debes bajar despacio las escaleras, te olvidas de tu estado.

Lety corrió para alcanzarla.

- ¡Aitiana, mi amor! Cómo te extrañe mi cielo - Soledad se siente tan feliz con ella en sus brazos y de la emoción de poder acariciar su vientre, le caen lágrimas de sus ojos mientras la acariciaba suavemente.

- Y yo que estoy aquí parado, no hay abrazo para mí - Aitiana le estira su brazo, con una sonrisa radiante y él se une a ellas

- ¿Cómo estás, pequeña?

- Muy bien, padrino, feliz de estar con ustedes.

- Ignacio, hoy
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