¿Qué haces cuando al despertar te sientes tan cómoda de tener un falo en tu trasero presionando? Te dejas llevar por ese instinto animal de querer que te lo hunda hasta lo más profundo de tu ser ¿no? Pues en mi caso no, mi cuerpo se tensó de inmediato al sentir ese cuerpo tras de mí ahogándome en ese pasado del que huía una y otra vez…
Y así llegamos al día de hoy, con este tipo restregándome su pene gigantesco y metiendo sus manos en mi coño como si supiera lo que yo quería.
Lo aparté como si fuera la lepra misma y me puse en modo defensivo ¿Qué se creía el muy estúpido?
Lo odiaba tanto como a todos los hombres, bueno, salvo a James, a Dominik y alguno que otro por ahí, por que seamos honestas, en lo único que pensaban esos seres era meterse entre tus piernas y creer que eras de su propiedad.
Eso aun me repugnaba, sobre todo saber que yo era ese objeto de deseo para los hombres.
Salgo, como puedo de este lugar y me meto a la ducha, no me importa que el agua esté fría, ni que mis lágr