Rechazada por su manada por ser una loba enfermiza y débil, Lysa está a punto de morir a manos de su hermano. Toda su vida ha sido despreciada por los suyos, maltratada y ultrajada por haber nacido débil. Su manada decide expulsarla y está a punto de ser asesinada cuando es rescatada por un misterioso hombre. Lysa está en su poder ahora, el cazador de lobos tiene un plan para derrotar a los alfas, utilizándola como principal arma... Pero no está en sus planes enamorarse perdidamente de la omega rechazada.
Leer másCreí que sería sencillo permanecer en mi manada, después de todo eran mi propia familia. La vida normal que llevábamos era, por mucho, la más soñada para cualquiera. Autos de lujo importados, comidas de alto nivel y desde luego, una casa enorme con un cuarto para cada uno de los hermanos. Mi madre y padre habían tenido siete hijos, yo era la hija del medio, sin casi importancia y también, sin ningún talento.
Antes de asistir a ese baile, en el que se anunciaría si yo podía seguir permaneciendo en la manada, maquillé mi rostro. El labial rojo contrastaba con mi tez morena y peiné mi cabello castaño hasta que quedó lacio, brillante como la seda.
—No estás lista todavía. —dijo mi hermana Rosset, ella se veía esplendida. —Santo cielo, cuanto tardas en cambiarte.
No era sencillo para mi encontrar un atuendo adecuado para el día más importante de mi vida. Escogí una blusa ceñida de color azul con una falda larga, elegante. Quería verme lo más seria posible.
—Estás bella, Lysa. —sonrió mientras me abrazaba.
—No me adules, hermana, sabes lo que ocurrirá hoy. La reunión de la manada no es otra cosa que mi sentencia de muerte. —me lamenté, buscando evitar que el llanto se me escapara.
—Eso no es cierto. No vas a morir si deciden que no eres apta para quedarte y eso tampoco es definitivo. —Rosset hizo una mueca esperanzada.
—Claro que lo es. —la miré fijamente, ella no se atrevería a mentirme mirándome a los ojos. —No debo recordarte lo que pasará, eres una buena estudiante. Los lobos dirán que soy la omega más débil de la manada y eso significará mi expulsión. Porque eso soy, la más débil.
—Oh, Lysa, cuanto lo siento. —Rosset quebró en llanto al darse cuenta que no podía seguir mintiéndome. —Te quiero mucho, hermana.
—No importa, no te encariñes conmigo, tu sabes lo que pasará. —cerré los ojos, imaginando el escenario.
Los lobos de la manada, ancestralmente, escogían distintos rangos para medir las capacidades de cada uno. Él alfa siempre era el más fuerte y él beta, el segundo al mando. Los omegas eran parte también, porque peleaban como equipo. Sin embargo, siempre se seleccionaba al más débil de toda la manada para expulsarlo al mundo de los humanos, para que la familia no tuviera que tener esa debilidad.
Yo lo sabía, nuestra historia lo marca así. Entrené por tanto tiempo sin nada de resultados, buscando hacerme más fuerte. Levanté pesas, corrí kilómetros, pero mi forma de loba siempre era tan delgada, en los huesos, de tamaño pequeño y con los colmillos tan frágiles. No servía para defender nada, a la primera señal de pelea moriría.
Rosset me acompañó al salón del baile y entramos juntas, tomadas del brazo. Ella siempre fue mi hermana favorita. Los demás también estaban allí, mi familia completa, mis seis hermanos, los casi diez tíos y los otros parientes.
Se hallaban en sus formas de lobo, tan grandes, imponentes y aterradores. Sentí como el miedo me hacía temblar de pies a cabeza. Yo estaba en mi forma humana, con los ojos llenos de lágrimas.
El que pasó al frente fue mi padre, convertido en el enorme lobo rojo que era. Gruñó frente a todos para mostrar su fuerza. Hacía tiempo que no era el alfa, porque mi hermano lo destronó cuando cumplió la mayoría de edad.
—Lysa, la hija número cinco. —dijo mi padre con voz solemne. —Hemos de ver tu transformación para así juzgar tu destino.
El momento que más temía, pero no tenía caso seguir retrasándolo. Me transformé en esa loba de color plata y blanco, tan esquelética que daba lastima mirarme y mi pelaje era tan seco y opaco que parecía a punto de caerse enteramente.
Noté las miradas de pena de los presentes, incluso oí los comentarios hacia mi condición. Era una loba fallida, un error en la naturaleza, la omega más fea que existía. Ningún lobo fuerte me escogería como mate.
—Vuelve a tu forma humana, hija. —fueron las palabras de mi padre.
De una caja color rojo, con incrustaciones en piedras negras, extrajo una moneda con un cordón atado, un collar antiguo. Lo puso en mi cuello.
—El símbolo del pequeño, del menor. —musitó. —El que te pertenece, Lysa, eres la omega que falló.
Su voz retumbó en la sala y mi madre quebró en llanto. Claro, era de esperarse, esa moneda traía la desgracia y todos allí lo sabían. Mi estomago comenzó a dolerme horrores por los nervios.
Cuando la moneda tocó mi piel, empecé a sentirme cada vez más mareada, con la piel de gallina y la cabeza tan pesada. Estaba comenzando a olvidar. Lo escuché muchas veces, era la historia de los lobos. Cuando una omega era expulsada al mundo de los humanos, se la obligaba a dejar sus recuerdos muy atrás. El secreto de los lobos debía permanecer intacto.
Mi madre comenzó a caminar hacia mí para abrazarme, estos serían los últimos minutos que la recordaría antes de desaparecer para siempre. Se oían los quejidos y el llanto de mi hermana Rosset, yo también iba a extrañarla muchísimo.
—Te amo y lo haré siempre, querida hija. —dijo mi madre, besando mi frente. —Que tu vida siga siendo feliz, ahora serás libre de lo que alguna vez fue tu cárcel. No mas manadas, no mas rangos ni alfas ni omegas.
La abracé con la poca fuerza que me quedaba, pronto estaría inconsciente. Mi mente se apagaba y mi vista, se nublaba poco a poco.
—Lysa Reccuse queda eliminada de la manada del alfa Goth. —esta era la voz de otro, al cual comenzaba a olvidar. —Ella será expulsada a las tierras de los humanos, donde vivirá sin recuerdos de lobo, sin la capacidad de transformarse, sin la riqueza ni posesiones materiales de su familia y sin su apellido. Queda prohibido terminantemente su regreso y si lo intenta, la muerte será su condena. Nadie podrá verla nunca más, ni siquiera una sola vez, a menos que quiera ser acusado de traición.
Lloré, en los brazos de mi madre, porque no volvería a verlos. Mi familia ya no existiría para mí, ni la riqueza, ni los lujos, ni mi enorme cuarto de la casa. No tenía idea de donde iría a parar, mi vecindario de lobos era lo único que yo conocía por hogar.
Miré a todos una última vez antes de caer dormida al suelo, cuando la medalla me quemó cerca del cuello e hizo su efecto máximo. El dolor me recorrió hasta los pies, dejándome inconsciente.
Lo último que vieron mis ojos fue la triste imagen de mi madre y Rosset aferradas a mí, luchando para que no me llevaran. Los otros lobos estaban atacándolas y yo, no podía hacer nada para cambiar mi situación.
Goth tenía un objetivo en claro. La luna no estaba bendiciéndolo, eso era una obviedad. Entonces debía hacer su propio sendero, construir su propia suerte. Tenía que hacerlo por su cuenta, forjar lo que necesitaba. Si la luna no lo hacía, el lo conseguiría.Vio como Harry se retiraba a su camioneta. Lo olfateó, jamás olvidaría su olor.—El muy cobarde está tratando de huir. —murmuró, mirando a sus alrededores.Todos estaban peleando. Era el momento preciso para matar a ese desgraciado. Luvioc se encargaría de matar a Lysa y a Seth, igual que al resto. Luvioc era un demonio, podía ganarles sin problemas. Pero Harry, oh, iba a disfrutar el momento de su muerte. Si lo mataba ahora, los hombres se dispersarían. Al ver que su jefe estaba muerto, dudarían. Eso les daría la ventaja.Entró a la camioneta, persiguiendo el rastro. Actuó por las sombras, derribando los hombres que estaban en seguridad.—¿Qué demonios haces tú aquí? Todos tus lobos están muertos ahora. —sonrió Harry. —¿Has vuelto
Los pequeños lobos se interpusieron en el camino de aquel lobo que parecía sacado del inframundo. Luvioc tenía la mirada ensombrecida por la ira. Sabía que pronto los mafiosos vendrían por él. Tenía que derrotar a todos esos estorbos antes de que la mafia atacara a su padre.Goth estaba escabulléndose lejos de la pelea cuando la explosión también lo alcanzó. Las explosiones comenzaron a escucharse con fuerza por todo el lugar. Seth y los cazadores también se dispersaron. Todos habían quedado en el suelo, desplomados por el impacto. Los lobos de Goth que estaban peleando contra los cazadores sufrieron más el impacto de las explosiones porque estaban más heridos. Los cazadores le habían dado una paliza. El hibrido Seth peleaba con una habilidad impresionante, su transformación era prodigiosa.—¿Humanos? —preguntó Seth, al ver que había personas armadas acercándose a ellos.Los humanos comenzaron a rodear a los cazadores y lobos que peleaban. Todos llevaban grandes armas con proyectiles
Los hijos de Lysa y Seth se agruparon para recibir el consejo de la bruja. Ella estaba haciendo un ritual para que su fuerza aumentara. No haría una gran diferencia, pero sería de mucha ayuda ahora que tenían que pelear.Zeid estaba consternado, en su mente podía ver las imágenes de Luvioc siendo asesinado una y otra vez. Tenía miedo, el peligro parecía inminente.La bruja puso su mano sobre su cabeza y murmuró las palabras de su hechizo. El nunca había sido el más fuerte, todos los hermanos de Luvioc habían querido permanecer como niños, como cachorros. No habían acelerado su crecimiento como él.Por ello entonces no sentía que estuviera preparado.—Cierra los ojos, Zeid. —dijo ella, tratando de formular el hechizo. —Debes creer en la fuerza del lobo, la luna te bendecirá si muestras fuerza, valentía y ferocidad.Zeid obedeció, buscando aceptarlo. Aunque no ansiaba tener una ferocidad violenta. Era solo por la guerra, se decidió que cuando terminara esto y si tenían la suerte de esta
La suerte estaba echada. Goth y Luvioc estaban huyendo de la furia de la mafia. El acto de guerra que habían provocado sería una mancha imposible de borrar. Ese asesinato no pasaría inadvertido. La mafia se preparaba para exterminar a todos los lobos que estarían en ese bosque, los cazarían como si fueran las presas.—Ellos deben morir. —dijo Goth, con la mirada iracunda e irracional. —Los cazadores deben morir o…—Se unirán a nuestros enemigos. Ese es tu principal temor ¿No es así? —preguntó otro de los lobos, que estaba preocupado.Todos los lobos de Goth estaban preocupados, en sus ojos se veía la duda, el temor creciente. Nadie quería estar en el equipo perdedor y ahora, tenían a toda esa gente en su contra.—Sí. —respondió Goth.—Yo los protegeré a todos papá. —dijo Luvioc, mirando a su padre fijamente, con valentía.—Te creo, hijo. Se que puedes pelear. Pero no podrás salvarnos a todos si la ira de los humanos cae sobre nosotros. Los tiempos han cambiado, ahora ellos han cambiad
El ambiente olía a la muerte esparciéndose por todas partes. En la mansión ahora había un brutal asesinato. Pronto, las cosas serían un caos. George estaba muerto en su propio sofá, a pesar de que había sido custodiado por muchos soldados. Ninguno de ellos había podido detener a Luvioc.—Está muerto, maldita sea, que asco. —dijo Harry. —Aseguró que las armas los podían detener como simples personas.—Sí, tal parece que Sebastian tenía algo de razón. —murmuró otro allí, que comenzaba a mostrarse en desacuerdo con lo sucedido en la votación.—No es así, con más razón entonces deberemos actuar. Sebastian ayudará a esos lobos a derrotar a esa gente ¿No? Esos cazadores de los que hablaba. —Harry trataba de pensar. —Daremos un mensaje, tal como lo hacemos cuando otro mafioso nos desafía, cuando cualquiera se atreve a desafiarnos.—¿Qué haremos?—Iremos a atacar con todo. —sonrió Harry, con malicia. —A todos ellos los enterraremos en lo que llamaron bosque del infierno. Allí irán, allí los e
NarradorLuvioc presenció como todos esos humanos habían humillado a su padre. No podía soportarlo, ese sentimiento de inferioridad era tan corrosivo que no podía soportarlo más. Estaba enojado, tanto que cuando tuvieron que marcharse, le costó horrores tolerar salir de allí.Solo un jefe había dado el apoyo, porque demostró tener alguna clase de fascinación por los lobos. Sin embargo, no sería suficiente para reinar. Ahora, ser los más poderosos estaba fuera de su alcance.—Son un montón de humanos pretenciosos y engreídos. —dijo Goth, estaba pensando justamente en como Seth había matado a su hermano Matheus.—Ellos tienen esa naturaleza, no obedecen las tradiciones. Nosotros somos superiores, nuestros ancestros fueron lobos, criaturas respetadas. —otro lobo intervino, los lobos que seguían a Goth estaban igual de furiosos.—Confié en George. Creí que… Era una ventaja para ellos tenernos de su lado. —confesó Goth, se estaba mostrando vulnerable. —Lo mejor es evitar la guerra, es la v
Último capítulo