Mientras tanto, en otra habitación, los hermanos Ross estaban inmersos en un silencio abrumador. Cada uno analizaba la situación desde su propia perspectiva.
Nelly se sentía confundida, había muchas cosas que no entendía, pero no quería hacerle preguntas a Naomi frente a Tyler.
— Naomi, ¿cómo te sientes? — preguntó en voz baja.
— La verdad, no tengo palabras para explicar lo que siento ahora mismo. Hay un nudo en mi garganta que no me deja respirar, y mi corazón late de una manera que me dice que algo anda muy mal. Siento que ya no soy la misma. Es horrible — susurró Naomi, su voz temblando.
— ¿Cómo fue la reacción de Derek? — inquirió Nelly, su voz llena de curiosidad.
— No quiero hablar de eso por el momento — respondió Naomi, evadiendo la mirada de su hermana.
Tyler la escuchó y, por primera vez en mucho tiempo, sus ojos se llenaron de lágrimas. Sus hermanas notaron su fragilidad y se acomodaron a su lado.
— Les fallé. No pude protegerlas — dijo él, su voz rota por la triste