—No dudó en herirme al atacar a Regina.
—A su modo, egoísta y cobarde, debe haber pensado que protegía a la familia. Pero no puedes pensar que esa mujer está perdida. Si la quieres, si…
Suspiró, desalentado, haciendo la cabeza hacia atrás y estirando los pies. Era la imagen de la insatisfacción.
—Culpo a mamá por esto, que fue grave. Estoy seguro que precipitó la decisión de Regina. Pero también tengo mucho por lo que culparme.
No dijo más, sus pensamientos eran turbulentos. No había sido más benevolente que su madre. No había sido sincero con Regina, había estado en guardia siempre, levantando paredes que frenaran lo que sentía por ella, tratando con desesperación que nada se le fuera de las manos. En su obsesión por controlar, no le había dado nada que no fuera sexo y algunos momentos de apertura.
No la había hecho saber lo que sentía, ni siquiera lo había confesado ante sí mismo y ahora se le presentaba con meridiana claridad. Se daba cuenta de cuánto la amaba cuando la había perdi