Sibel bajó del auto mientras todos los hombres de Iván se desplegaban por el aeropuerto. Por supuesto, Iván y el mismo Alexey viajaban en avión privado y tenían más seguridad que los mismos presidentes.
Ella se dio cuenta de que Alexey llegaba con su nueva asistente, y ella corría detrás de él, cosa que le hizo arrancar una sonrisa a Sibel en medio de su estado emocional.
Antes de que se subiera en el avión, Sibel abrazó a Anastasia mientras ella se ponía un poco roja.
—Siento lo que te pasó…
Sibel negó.
—No te preocupes… estoy bien…
—Pues te ves hermosa… —Alexey interrumpió dándole un abrazo, y Sibel se lo correspondió, mientras Iván los observó detenidamente solo por unos segundos, hasta que intervino.
—Ya… —él los separó, y enredó los dedos en la mano de Sibel—. Suficiente…
Alexey sonrió instando a su secretara que entrara en el avión, y todos tomaron los asientos pertinentes.
—¿Cuánto se quedarán en los Estados Unidos? —Sibel le preguntó a Alexey, mientras este miró a Iván.
—No lo