Había pasado una semana desde aquel día en que Sibel vio los ojos de su padre lleno de dolor, y aun su mente le repetía el mismo episodio.
Ciro MacMillan había salido de la UCI, y en las noticias decían que sus acciones empresariales, no podía caer más bajo de lo que ya estaban.
Erich ya estaba en un centro penitenciario, y esta semana comenzaba el juicio contra su padre. Y aunque Sibel no quería oír más noticias sobre nada, estaba frente al televisor, viendo las imágenes de cómo los reporteros acosaban a Clara, y a su hermana Keira.
Ella no sabía cuál era el siguiente paso de Iván, y contando el tiempo, ya habían pasado cuatro meses desde aquel día, en que toda su vida se hizo negra.
Sibel saltó un poco cuando golpearon la puerta de la habitación, y luego escuchó a Sora detrás de ella.
Se levantó rápidamente para ir a abrir, y luego lo vio de pie con una caja negra.
—El jefe envía esto… dijo que por la noche tendrán una cena en la mansión… él va a viajar a Rusia mañana…
Sibel s