CAPÍTULO 82. El capitán Cross no mató a Griselda...
Marianne miró por el espacio de la puerta entreabierta y vio a Reed hablando con Max, que había venido a traerle algo de ropa. Los dos parecían muy preocupados, así que Marianne terminó de cambiarse la ropa del hospital por una de calle abrigada y salió de la habitación.
—Sabes que el doctor no te ha dado de alta —murmuró Reed—. Me preocupa llevarte sin su consentimiento.
—Tú eres doctor y vas a venir conmigo —respondió Marianne—. Confío en ti como médico más de lo que confío en nadie, pero voy a firmar el acta voluntaria y voy a salir de aquí a sacar a Gabriel de esto.
Reed suspiró con resignación.
—Está bien, ya sé que no te vas a dar por vencida, y que vas a hacer lo que quieres conmigo o sin mí… así que mejor conmigo.
—¿Han dicho algo de Stela? —preguntó Marianne con angustia y Reed asintió.
—Ya está estable, solo están esperando que despierte.
—Gracias a dios —susurró la muchacha cerrando los ojos por un segundo—. Entonces nos vamos. ¿En qué comisaría tienen a Gabriel?
— En la 85