El CEO de pronto se vió cargando a Fabiano, quien le sonreía, el niño le puso la manita en la espalda ensuciando así su fino saco, y la noche apenas comenzaba
— Tío Danilo, vamos a las golosinas
— Ya has comido suficientes dulces hoy, Fabiano, te puede doler el estómago
Al negarse, el pequeño se retorció para que el CEO lo bajara de los brazos, así pudo ir el mismo a dónde sabía que habían dulces
— Yo quiero golosinas — se le veía caminar al niño, hasta que comenzó a correr
— ¡Fabiano, ven aquí, es una órden! — el pequeño ignoró el llamado de su tío Danilo, solo le importaba llegar los dulces, el CEO tuvo que ir tras él
Fabio se llevó con él a Mariana al hospital, mientras que Violeta y él evidentemente molesto esposo, regresaban a la mansión Ferreira, Violeta acomodó al niño en una sillita para bebés en la parte de atrás, el niño todavia seguía comiendose una golosina
— ¿Mamá? quiero a mamá
— Tu mami fue al hospital a dar a luz a tu hermanito, tu tío y yo vamos a cuidarte está noche