Apenas llegamos a casa me encerré en la habitación, no quería hablar con nadie, solo quería a Samuel conmigo, el necesitaba saber lo que me había pasado el día de hoy.
Adelaida y Amelia entraron a la habitación con una bandeja con comida, pero mi apetito se había ido por completo.
— debería comer algo, piense en el pequeño — me dijo Adelaida.
Adelaida puso la bandeja en la cama y yo a regañadientes me comí un poco.
— debería descansar — me sugirió Adelaida.
Yo asentí con la cabeza y aparte la bandeja a un lado, Adelaida se acercó y la levanto, Amelia me miro y después salió junto a Adelaida, yo me acosté en la cama y empecé a acariciar mi vientre.
Después de un par de horas escuché la puerta abrirse, yo me senté con rapidez en la cama, Samuel me quedo mirando y se acercó a mí con preocupación, él se sentó al borde de la cama y me quedo mirando.
— ¿pasa algo? — me pregunto.
Yo lo abrace con fuerza y empecé a llorar en su hombro, tenía tanto miedo de que algo malo pasara.
— ¿te duele al