Me desperté sobresaltada, y me di cuenta que estaba en la habitación acostada en la cama, Samuel estaba observándome con preocupación, a un lado estaba Amelia que se veía muy asustada.
— te juro que nunca lo hice con el — le dije llorando.
Samuel acaricio mi mejilla y después me dio un beso en la frente.
— tranquila — me dijo.
Yo lo abracé con fuerza y empecé a llorar en su hombro.
— te lo juro, por favor créeme — le pedí.
Samuel me apretó más a él.
— te creo, ahora cálmate — me pidió.
Yo me separe de el y lo mire a los ojos.
— ¿Qué te dijo? — le pregunte.
Samuel limpio mis lagrimas y me sonrió un poco.
— quería ayuda para el orfanato, y también se disculpo por el comportamiento de su hermano — me dijo.
Yo me sentí un poco mas aliviada, pero aun sentía que había algo más.
— ella quiere que vuelvas, me conto lo mucho que disfrutas ayudando a esos niños — me dijo.
Yo baje la cabeza. Era verdad, yo amaba ayudar a esos pobres niños, pero con lo que había pasado era mejor estar lo más ale