Era de noche y aún faltaban varias horas para la llegada de Gabriella. Fabrizio conducía a casa de sus padres; necesitaba consultar la opinión de su padre acerca de una propuesta de negocios.
—La cena está servida y ya saben que no quiero oír de sus negocios durante la comida —dijo Elisa al entrar al estudio.
Sus padres preguntaron por Gabriella y la salud de su padre; Fabrizio les contó lo que sabía y también que ella regresaba esa noche.
—Tienes que venir con Gabriella lo antes posible; dile que esperamos verla pronto —comentó Elisa.
Fabrizio asintió y un rato más tarde salió camino al aeropuerto en busca de su novia.
Desde lejos, Gabriella podía ver al hombre impaciente que miraba el reloj y su corazón comenzó a latir tan fuerte que podía escucharlo. Apresuró su paso para salir a su encuentro.
Sus