Capítulo 727
—¡Cállate! —Camila levantó la mano como si fuera a pegarle a Valerie.

Le agarré la muñeca con fuerza y, con odio, le dije:

—Si te atreves a tocarla, inténtalo. ¿Aún crees que no bastaron las dos puñaladas que te di?

Cuando mencioné esas puñaladas, Camila me miró con aún más ira.

De repente, Carlos me dijo:

—Basta, Aurorita, somos hermanos, ya no hablemos de lo de antes.

Solté la mano de Camila y, burlona, le respondí:

—Traes a Camila frente a mí y aún quieres que no mencione lo de antes, ¿crees que tengo memoria de pez?

Carlos apretó los labios y miró a Camila con una expresión de sentimientos encontrados.

Camila se acomodó el vestido, respiró hondo y le dijo a Carlos:

—Voy allá a mirar un rato, no voy a interrumpir su reencuentro.

Carlos asintió y la vio irse entre la gente. Cuando ya no se la veía, volvió a mirarme.

Tenía los ojos rojos, y en la cara se le notaba un cansancio y una tristeza hondos.

—Aurorita, no sabes lo que pasó. Esa puñalada en el abdomen fue profunda, y por eso el
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