Capítulo 395
En ese momento, Camila aplaudió y gritó:

—¡Todos, silencio, por favor!

Como siempre andaba pegada a Mateo, todos en la oficina la trataban como la futura esposa del jefe. Así que, apenas levantó la voz, la sala quedó muda.

Camila agarró varias bolsas grandes de regalo que tenía en una mesa y dijo:

—Fui con Mateo a Zuheral por trabajo, así que les traje unos regalitos. ¡Repartan, que hay para todos!

—¡Guau! Gracias, Camila. ¡Gracias, futura señora Bernard!

—Qué detalle el tuyo, pensar en nosotros hasta en un viaje de trabajo.

—Algunas ni se molestan, pero Camila sí que se gana a todos. Ella sí merece ser la futura señora Bernard.

***

Lucy me lanzó una mirada y se me acercó a susurrar:

—¿Por qué no pensaste en traer regalos tú también?

Me reí bajito:

—¿Y para qué tendría que traer regalos? Aparte, ni creo que los haya comprado en Zuheral. Seguro los mandó a comprar a algún mercadito.

Lucy blanqueó los ojos:

—¿Y eso qué? Lo que cuenta es que sabe ganarse a la gente. Deberías aprender de e
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