Apenas había dado unos pasos cuando Alan me frenó.
—¿Estás loca? Para cambiar asientos hay que esperar a estar dentro del avión y pedir permiso al personal. Por ahora tienes que ir en primera clase con Mateo y Camila.
Justo en ese momento, Camila fingió sorpresa:
—¿Eh? ¿Van a cambiar de asiento? ¿Por qué? ¿Será que Aurora no quiere sentarse con nosotros?
Alan respondió, fastidiado:
—No inventes. El que quiere ir en primera soy yo, ¿no puedo o qué?
Camila, como siempre con cara de inocente, le contestó:
—Pero tú compraste los pasajes. Si querías ir en primera, ¿por qué no te compraste uno para ti? ¿Para qué el cambio ahora?
Alan la fulminó con la mirada:
—¿Puedes callarte un rato?
Camila volteó a ver a Mateo, haciéndose la preocupada:
—Seguro Aurora no quiere estar conmigo. Siempre me ha detestado. Mejor me cambio con Alan. Aurora viajó en turista cuando llegó, así que ¿cómo dejarla de nuevo en turista ahora que se va?
—No hace falta —interrumpió Mateo, igual de cortante que siempre.
—Q