Capítulo 340
Miré de reojo a Mateo, pero él solo se quedó quieto, sin mostrar emoción alguna.

¡Ja!

Por dentro me invadió una burla amarga.

Camila ya había dicho cosas horribles y él ni se inmutó.

Sabía lo clave que era esta cena, ¡y aún así seguía dándole la razón a ella!

Lo peor era que yo sí me preocupaba por que todo saliera bien.

¡Qué chiste!

Waylon dejó su copa sobre la mesa de golpe. Se notaba molesto.

Camila se giró hacia mí, acusándome:

—Ay, Aurora, por favor. ¿No es solo un brindis con el señor Dupuis? Nadie te está pidiendo que te acuestes con él. ¿Era para tanto? ¿No estarás arruinando a propósito los negocios de mi querido Mateo?

Al terminar, noté que Alan también me miraba con desconfianza.

Y Mateo... él seguía sentado, callado, con esa cara vacía, como si no tuviera nada que ver.

¡Qué coraje!

Cuando a Camila le dijeron algo, Mateo de inmediato la defendió como un superhéroe.

Ahora me tocaba a mí, y él nada más me ignoraba.

Me hervía la sangre.

Ya no me importaba si el trato se caía.

T
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