Capítulo 1498
Casi me muero de la rabia; Waylon era tan perverso. Por un lado no me permitía reconciliarme con Mateo, y por el otro no paraba de repetir que Mateo todavía me amaba. Sabía que yo aún no podía decir la verdad, así que solo decía cosas para lastimarlo una y otra vez. Cuánta maldad.

Por suerte, Mateo no le prestó atención, solo llamó a un camarero del hotel y le pidió que llevara su auto al estacionamiento. Había venido solo. No dijo nada más; tiró las llaves y caminó hacia el interior del hotel.

Su reacción tan seria debió parecerle aburrida a Waylon, porque lo siguió provocando:

—Oye, Mateo, Aurora ya va a casarse con otro, ¿de verdad no te importa? Vienes a felicitarla… Yo recuerdo que ustedes tienen dos hijos, ¿no? Ya que eres tan desprendido, ¿por qué no se los entregas también a Javier? Le das dos de paso; todos van a decir que eres muy generoso.

Mateo se detuvo, se volteó y lo miró con esos ojos penetrantes, dejando escapar una risita:

—Tú no tienes esposa ni hijos. ¿Celoso?

Eso m
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