En la pantalla del celular aparecían los mensajes:
Carlos: “Valerie, últimamente me siento fatal. Me duele todo… Siento que Camila nunca me ha querido de verdad.“
Valerie: “Si ella te quiere o no, eso no tiene nada que ver conmigo.“
Carlos: “Quiero verte, en serio necesito verte. Te vi hace un rato… Te veías preciosa esta noche. Nunca imaginé que pudieras ser tan linda.“
Carlos: “Valerie, ¿podrías… darme otra oportunidad? Me doy cuenta de que tal vez nunca quise tanto a Camila. Creo que la que en serio me gusta… eres tú.“
Valerie: “¿De… de verdad estás diciendo eso?“
Hasta ahí, ya me estaba sonando raro.
Yo sabía bien lo mucho que Carlos quería a Camila. Era imposible que él le mandara algo así a Valerie.
Y también sabía que Valerie, que ahora quería tanto a Alan, jamás habría contestado de esa manera.
Seguí leyendo:
Carlos: “Sé que Alan te propuso matrimonio. Seguramente le vas a decir que sí, ¿verdad? Felicidades. Al final, el idiota fui yo, el que no te supo valorar.“
Valerie: “No d