**Segundo libro de “Nuestro Encuentro”** Después de que Brisa y Franco se conocieran de una manera diferente en aquel crucero y que unieran sus vidas para siempre, la realidad golpeo a sus puertas, y es que no todo resulto ser como ellos esperaban. Este par de enamorados desconocía el pasado que convirtió a sus familias en enemigos y que llevaría a que su matrimonio no fuera aceptado por ellos. A pesar de esto, ellos no están dispuestos a separarse, y mucho menos a poner en riesgo la vida de ese bebé que tanto anhelan. Por esto y por ese gran amor que ellos sienten, tomaron la decisión más importante de sus vidas, y esa es alejarse de todos, pero ¿será suficiente alejarse para que nadie arruine su felicidad? ¿o es que el amor hacia sus familias será más fuerte y los hará desistir de aquella vida alejada de ellos?
Leer másMedianoche 25 de diciembre
Marsella, Francia
—Feliz navidad señora San Martín— Le digo al oído cuando la abrazo desde atrás y apoyo mis manos en ese vientre que cada día me ilusiona más.
Ella gira su rostro un poco para verme y tomo ventaja para besarla —Feliz navidad, la primera de muchos juntos— Responde sonriente mientras que, a través del ventanal de nuestra casa con vistas al mar, vemos el despliegue de fuegos artificiales que celebran que ya ha llegado este día tan especial.
—¿Eres feliz? ¿o sigues triste porque estamos aquí solos?— Le pregunto un poco preocupado.
Mi esposa se gira entre mis brazos para quedar de frente a mí y acaricia mi rostro —Contigo soy feliz donde sea— Habla y ahora es ella quien me besa con esa delicadeza disfrazada de pasión que a veces resulta engañosa en el buen sentido.
—Yo también soy feliz contigo, y si me permites, quisiera entregarte los regalos tuyos y los del bebé— Comento y puedo notar la preocupación en su rostro.
—Lindo, ya te dije que no sé si sea conveniente que compremos cosas para el bebé… es muy pronto todavía— Trata de decir, pero llevo mis dedos sobre sus labios.
—Shhh… por favor, no digas eso, tengamos fe que todo saldrá bien, la última revisión hay ido muy bien— La intento convencer.
Sus ojos se cristalizan —Pero el peligro no ha pasado todavía— Continua y la beso instintivamente para callarla.
—Hoy es un día de felicidad, así que ven, no pienses más en todo eso— Insisto y hago que vayamos donde está el precioso arbolito de navidad que hemos armado juntos con toda la ilusión de que sea el primero de muchos que armaremos juntos.
Mi esposa se sienta en el sofá y yo me agacho frente al árbol para comenzar a entregarle sus regalos. Entre todas las bolsas y cajas que voy sacando, veo una pequeña caja rectangular que no había visto hasta hoy —Es tuyo— Me deja saber y la miro con ilusión.
—¿Otro más?— Inquiero viendo todo lo que tengo a mi alrededor y que lleva mi nombre.
—Si, pero ese es especial, me gustaría que lo abrieras antes de que abramos todos los demás— Me pide y debo admitir que esto llama mucho mi atención.
—Ahora sí que tengo curiosidad— Bromeo y por primera vez en estos últimos días, la veo sonreír genuinamente.
—Eso es bueno, solo espero que de verdad te guste y por si acaso tendré mi celular cerca— Comenta y no entiendo de que habla.
Yo solo agarro la caja, deshago el lazo y luego rompo el papel que la cubre para finalmente abrirla. Al ver lo que hay en su interior, me quedo callado, solo puedo tomar la ecografía y mirar el papelito que hay pegado en ella con la frase “somos dos” —¿Es broma?— Inquiero en un susurro con mis ojos al borde del llanto.
—Fui al médico hace un par de días porque estaba demasiado nerviosa por saber del bebé y me hizo otro ultrasonido, el segundo bebé estaba escondido detrás de su hermanito o hermanita— Me cuenta dejándome sin palabras —Dime que esto está bien por favor— Me pide bajito y sonrió.
—Esto está mucho más que bien— Respondo poniéndome de pie y acercándome a ella para besarla con todo este increíble amor que siento por esta mujer que ha transformado mi vida para siempre.
—Tengo mucho miedo, ya no se trata del peligro de perder a nuestro hijo, sino a nuestros hijos… tiemblo solo con imaginarlo— Murmura y niego.
—No, eso no va a pasar, vamos a estar bien, los cuidare como nunca… aunque ahora me siento mal, solo le compre cosas a uno solo— Bromeo y reímos juntos.
—Ya podremos comprarles a los dos— Susurra y en medio de esta gran emoción y aun con los miedos que nos invaden, nos besamos sellando este precioso momento que sé que se quedara en nuestros corazones para siempre.
[BRISA]Al día siguiente: 6 de septiembreLa felicidad que sentí ayer pareciera haberse desvanecido una vez más, y es que me mata cuando él se va lejos de mí. Tal vez me estoy convirtiendo en una adicta a él, o es que simplemente no quería despertar sin él a mi lado. Lamentablemente ha tenido que viajar por trabajo y la verdad es que en el fondo estoy un poco molesta.Quizás estoy siendo un poco egoísta en querer que este conmigo a cada momento, pero es que lo amo demasiado y quiero que recuperemos todo el tiempo que hemos perdido. Sé que no puedo pedirle que deje de trabajar por mi y nuestros hijos, pero es lo que me gustaría hacer.—Hermanita, buenos días —me saluda mi hermano cuando llega a la cocina.—Buenas, no te escuche llegar —menciono y esa media sonrisa en su rostro me dice muchas cosas.—Es que llegue hace dos horas —me confiesa con una sonrisa que delata lo que hizo anoche.—No quiero saber lo que estuviste haciendo —bromeo divertida.—Nada que tu y mi cuñado no estén haci
[FRANCO]Al día siguiente: 6 de septiembreSe podría llegar a decir que después de darle la noticia y celebrar como dos locos, no hemos podido conversar mucho acerca de todo lo que significa nuestra nueva casa. Tal vez me estoy apresurando un poco, pero quiero que nos mudemos ya. Quiero poder despertar así con ella abrazada a mi cada día.Hoy nuestros hijos están durmiendo un poco más de lo habitual, y supongo que a medida que vayan creciendo, sus horas de sueño irán siendo cada vez más, algo de lo que estoy muy agradecido. La observo y no puedo dejar de sentirme extremadamente afortunado por tener a una mujer como ella en mi vida. Sinceramente no entiendo como tuve tanta suerte de que ella se fijara en mí, un hombre como yo que solo tenía un corazón roto y le costaba tanto amar…—Mmm… tengo que ir a ver a los niños —dice mientras abre sus ojos y sonrió.—Tranquila, ya lo hice yo hace un momento y aun duermen —le dejo saber y beso su frente con dulzura—. Buenos días —la saludo con pic
[BRISA]Días después: 5 de septiembrePlanear una boda, criar mellizos, y trabar al mismo tiempo no es nada sencillo. Afortunadamente ya no estoy sola con todo esto, Franco esta cumpliendo con su promesa de poner primero a su familia y administra muy bien los tiempos con su nuevo trabajo. Él jamás ha sido un mal esposo, de eso no tengo dudas, si no hubiese sido por los problemas entre nuestras familias, nosotros jamás nos hubiésemos separado, eso lo tengo claro.Vivir esta nueva etapa es hermoso, pero al mismo tiempo es frustrante que no todas las noches podamos ir a la cama juntos para luego comenzar un nuevo día. Sinceramente pienso que el hotel donde se aloja pronto le dirá que se vaya, pero hasta ahora no ha sucedido…Como cada miércoles miro la hora y espero a que él llame a la puerta para pasar lo que queda del día juntos, pero esta vez su puntualidad pareciera fallar. Miro el café ya listo esperando por él y a medida que pasan los minutos entiendo que estará frio antes de que é
[BRISA]Al día siguiente: 18 de agostoDespertar sin él es verdaderamente una locura, pero también soy consciente de que no podemos invadirle la casa a mi hermano todos los días. Despedirme de Franco anoche ha sido un suplicio… quería que me siguiera besando, que me tocara como solo él sabe hacerlo y claro… que termináramos enredándonos en la cama hasta perder la razón. Sin embargo, cedi y aquí estoy dándole de desayunar a mis hijos mientras que mi hermano y yo disfrutamos de un rico café.—¿Mi cuñado acepto la oferta laboral? —me pregunta finalmente y asiento.—Si, con algunas reglas, pero si… o sea ira para negociar esto con Carlos —resumo.—Eso es perfecto, de verdad me alegra mucho por ustedes —habla con honestidad mientras que toma el peluche que le da Dylan.—Hay algo más que no te he contado —digo y su cara es un poema.—¡No me digas que ya se viene mi tercer sobrino! —exclama haciéndome reír.—¿Qué? ¡No! Todavía no, aunque ganas no nos falta —confieso y como era de esperarse l
[FRANCO]Extrañaba mucho estos momentos con ella. Los dos solos bebiendo una copa de vino mientras que conversamos de nuestras cosas y reímos como dos tontos enamorados que buscan seducirse mutuamente con miradas y leves caricias que queman nuestra piel.—Realmente tengo mucha suerte —digo honesto y sigo viéndola.Ella se muerde el labio inferior de una forma que me hace poner muy nervioso y suspira.—¿Puedo preguntar por qué? —suelta finalmente y asiento.Antes de decirle nada, me levanto del taburete en el que estoy sentado y camino hacia ella.—Porque eres la mujer más hermosa del mundo y entre tantos hombres que hay en este mundo, te has enamorado de mi —digo con orgullo y le ofrezco mi mano—. ¿Bailarías conmigo hermosa? —le propongo y asiente con una sonrisa tatuada en su rostro.—Claro que si —responde y con cuidado baja del taburete.Lentamente la acerco a mi y coloco una de mis manos sobre su cintura mientras que la otra toma su mano y comenzamos a movernos al ritmo de la canc
[FRANCO]No voy a mentir, la propuesta que me hizo Carlos es muy buena, tanto que creo que a Brisa también le ha gustado, pero no quise aceptar ni firmar nada sin que ella y yo tuviésemos una última conversación al respecto. Sé muy bien que si acepto tendré que viajar y trabajar muchas más horas de lo que quizás ambos tenemos en nuestros planes. Quiero que si acepto el trato ella este completamente de acuerdo.—¿Y qué te ha parecido la propuesta? —pregunto mientras vamos camino a casa en el coche.—Creo que es muy buena, es lo que querías para poder empezar tu propio camino en los negocios —comenta.—Si, claro que sí, pero sabes lo que eso significa, ¿no? —continuo y es que en verdad quiero que ambos tengamos las cosas muy claras.—Claro que lo sé, tendrás muchas responsabilidades, muchos viajes de negocios… vamos, que tendrás menos tiempo libre —resume.—Si, y lo que no quiero es que eso traiga problemas en nuestra relación —explico preocupado.—Lo sé, y sé que tal vez estábamos acos
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