Ariane miraba los documentos en su escritorio con aire crítico.
Llevaba horas firmando hoja tras hoja pero en lugar de disminuir, parecía que estas se multiplicaban.
Y si a eso le sumaba toda lo marea de pensamientos que ocupaban su mente desde la conversación con André, su día definitivamente no tenía pinta de mejorar.
Debía hablar cuanto antes con Eliot y Claire para poder trazar bien el plan y evitar cualquier fallo o contratiempo y si los hubiera, tener un plan de respaldo para evitar cualquier tragedia.
Dos toques perentorios en la puerta la hicieron alzar el rostro y desviar su atención del documento que firmaba en aquel momento.
- Adelante.- Trató que su voz no sonara cansada, pero falló estrepitosamente.
Apenas había dormido un par de horas, la cabeza le dolía terriblemente, sentía que el corazón estaba a punto de salirse de su pecho y que la bilis estaba a punto de abandonar su cuerpo.
Quería irse a casa a dormir o al departamento de Angéle, porque estaba segura que su padre