—Cuídala con tu vida.
—Hombre que sí, tanto como tú cuidarías de mi esposa —prometió Darius—. Ve y deshazte de ese viejo.
Kian miró a su novia inconsciente y suspiró, debatiéndose por dentro. Aunque Francois le aseguró que estaría bien y que pronto la llevarían a un hospital, él no podía evitar preocuparse por ella. El golpe que había recibido había sido muy fuerte.
—Ve, antes de que vengan más hombres de ese viejo y los siguientes muertos seamos nosotros —le dijo Jeray, sacándolo de su pensamiento—. Ella estará bien con nosotros. Ve con Francois y encárgate de que ese viejo no vuelva a arruinarles la vida. Nosotros la llevaremos a un hospital y la cuidaremos por ti.
Kian suspiró y asintió, dejando un beso en la frente de su novia antes de acercarse con Francois al viejo. Vio a sus amigos subir al Rolls-Royce y marcharse enseguida rumbo al hospital para que atendieran a Annika y las leves heridas que Jeray había sufrido tras el choque.
Piotr miró al hombre ante sí, a primera vista