~Pov de Cristopher~
La semana anterior había transcurrido entre reuniones y la visita de unos amigos, colegas del sector publicitario para marcas de lujo, que también eran clientes habituales de nuestra empresa de tintes.
Mientras mi amigo se inclinaba sobre mi hombro para revisar unos diseños en mi computadora, cerré las pestañas para buscar un archivo en el escritorio. Fue en ese instante, en una fracción de segundo, que su mirada se topó con la foto de Helena. La imagen que capturé de ella en S.T. Gilgen.
—¿Conoces a Helena Schwarz? —su voz sonó más a una exclamación que a una pregunta, y me pilló completamente desprevenido.
Mis ojos se abrieron de par en par. Antes de que pudiera reaccionar, él ya había tomado mi computadora, acercándola para ver mejor. Una mezcla de asombro y admiración se dibujaba en su rostro.
—¿Es ella? ¿Tienes más fotos? ¿Cómo las conseguiste? —me bombardeó con preguntas, y una punzada de celos me recorrió el cuerpo.
No pude evitarlo. Lo empujé suavement