Lucca salió del apartamento apretando muy fuerte aquella memoria USB en su mano. Se fue directamente a la empresa, era muy entrada la noche pero cuánto antes encontrará al culpable, mucho mejor. Para él era inaceptable dejar ir ileso a la persona que intentó dañar de diferentes formas a su socia. En su mente aún se paseaba la curiosidad de saber la relación entre Krista y Alessandro. Su pasado. Todo indicaba muy cruelmente que él jamás tendría una oportunidad con ella si Fiore y su pequeño niño estaban presentes, lo llenaba de una inmensa indignación la manera en la que lo sacaron de la casa. Para él todavía era horrible la manera en que Alessandro trató a Krista cuando Maximiliano se perdió y que también permitió que Verónica trapeara el piso con ella. Aunque parecía que Krista estaba de acuerdo con eso. Cosa que lo mortificaba aún más. *****Narra Alessandro Fiore.(Hace cinco años atrás) El olor a incienso rancio impregnaba la biblioteca de la villa Coppola. Las cortinas esta
Su beso era tan voraz que ahogaba mis sentimientos y pensamientos en contra de él, era un beso como los de antes. La confusión me hizo dejarme llevar, de un momento a otro me encontré siguiendo su beso y mis piernas temblaban, todo mi cuerpo ardía completamente. Sus manos subieron acariciando mis brazos descubiertos hasta posarse en mis mejillas apretando fuertemente, exigiendo abrir mi boca para que su lengua entrara en su totalidad.Mi mente se fue a las caricias pasadas y definitivamente todo era exactamente igual, mi entrepierna se sentía húmeda y mis pezones duros. Me soltó su boca al fin porque creo que el aire ya se le estaba agotando en sus pulmones, se separó un poco para mirar directamente a mis ojos. Vi en los suyos un deseo de anhelo. — Dime que tú también aún sientes lo mismo. Volví de nuevo a la realidad y lágrimas se formaron en mis ojos de inmediato. ¿Por qué él actuaba así? No puedes solo andar por la vida destruyendo la vida de las personas y luego querer armarlas
Quiso preguntarle a Lucca a qué se refería pero su cuerpo actuó por sí solo, entrando a la recepción y corriendo escaleras arriba. Irrumpió en su apartamento, dió gracias a Dios de que Nicola haya salido hace al menos quince minutos, a llevar a Maximiliano a dar una vuelta mientras ella compraba la despensa. El olor del café recién hecho le revolvió el estómago.Krista cerró los ojos, sujetándose del marco de la puerta. Un sudor frío le recorrió la nuca y, sin previo aviso, corrió al baño. Cayó de rodillas y vomitó con violencia, como si su cuerpo tratara de expulsar no solo el contenido de su estómago, sino también los fantasmas que la acosaban desde hacía días, años. —¡Krista! —gritó Lucca desde el comedor—. ¿Estás bien?Ella no respondió. Se enjuagó la boca rápidamente, temblando. La idea había estado latente, agazapada como una fiera al acecho. Pero ahora, después del beso con Alessandro y ese actuar extraño, después de mirar a los ojos de Maximiliano y reconocer en ellos un re
— ¿Krista tienes todo listo? — Sí, todo está quedando perfecto. — ¡Claro que sí! Si Alessandro no quita su cara de culo magistral que carga veinticuatro siete con esta sorpresa. Entonces nada lograría quitársela de la cara . Reí un poco, él tenía razón. Alessandro suele ser muy amargado en ocasiones, espero que hoy su carácter no salga a relucir. Sé que odia las aglomeraciones y lo despampanante en sí. Yo no lo culpo yo también, pero hoy es un día especial. Hoy aparte de ser su cumpleaños también es la celebración de nuestro aniversario. Hace unos días cumplimos un año juntos, pero hoy decidí organizar está pequeña reunión y aparte de esta sorpresa también tengo otra cosa que decirle. La decoración es ostentosa, tanto como sus gustos lo son. Aunque solo seamos cinco personas incluyéndolo a él ya que nuestra relación es aparte de prohibida, secreta, quise hacer de este día uno gigante e inolvidable. ¿Será ya tiempo de decir abiertamente al mundo que somos pareja? ¡Que se jodan lo
Era tan tarde cuando al fin llegué a casa, abrí la puerta, me adentré en mis pequeñas cuatro paredes y me senté a meditar mi situación. El pequeño apartamento que ocupo ya debo desalojarlo debido a que ya hace poco me gradué. No puedo simplemente quedarme aquí, todos sabrán de mi embarazo y es exactamente lo que no quiero que precisamente Alessandro sepa. Él ya dejó muy claro sus intenciones para conmigo y no quisiera que me obligase a hacer algo que no quiero con la luz que llevo en mi vientre. No voy a apagar su vida. Voy a tenerlo, debo irme de aquí y comenzar una nueva vida lejos de todo y todos. Cuando me puse de pie y comencé a empacar las cosas más importantes para llevarme una voz muy conocida para mí sonó a mis espaldas : — ¿De dónde vienes a esta hora de la noche? ¿Y porque tienes prisa en irte de nuevo? Me asusté tanto ya que estoy segura de haber cerrado la puerta. — ¿Qué haces aquí? ¿Quién te envío? Dile a Don Giann Coppola que yo estoy muy bien gracias, que ap
Aunque me he mantenido al margen de todo y cualquier cosa que pueda decirle al mundo y más que todo a mi abuelo dónde estoy, justamente hoy me toca salir al exterior. Muy al Exterior. ¡Mi bebé ya viene! Han pasado ocho largos meses dónde nada ha sido fácil, golpe tras golpe me ha dado la vida. ¿Que irónico verdad? Una vez que nos arriesgamos a algo esto termina muchas veces saliendo mal. Yo ame, ame con el alma. Me salió caro. Y aunque no me arrepiento de mi bebé si me arrepiento de la manera tan cruel en la que lo estoy trayendo a este mundo carente de humanidad. Las contracciones cada vez son más seguidas y el dolor es inimaginable e inaguantable, cada vez que siento que ya pararon viene una más fuerte y destructora. — ¿Cuánto tiempo tienes mamá? Miro a la enfermera con la cara más maquiavélica que existirá jamás, con toda la dificultad del mundo le respondo, después de todo está haciendo su trabajo: — Nueve meses. — ¿Y tú identificación y control del embarazo? —
Todos los invitados se encontraban ya cuchicheando entre sí. "¿Quién es la madre?" "¿Dónde está la madre?" "¿Desde cuándo se convirtió en padre?" "¿Es un niño adoptado?" Esas y muchas otras preguntas se escuchaban en la sala, como si se tratase de una película dramática, la música también había dejado de sonar dejándole las puertas abiertas al misterio y también la libertad de escucharse a las voces osadas que se están encargando de esparcir veneno. El niño que se encontraba vestido con un lindo traje igual al de su papá pero con menor medida, estaba asustado. Lo sé podía verlo, su carita se escondía en su cuello quizás buscando su protección o esconderse de la vergüenza, lenguas y miradas viperinas de las "personas" presentes. La gente suele ser inescrupulosa, sin importarles nada observaban y hablaban de ellos sin tapujos. No sé por qué razón sentía en mí la creciente y fuerte necesidad de protegerlos a ambos. Quizás son los alocados impulsos, quizás es la necesidad de dar lo
Aunque quería irme a otro lugar y despejar mi mente, lo mejor era irme a casa, ya estaba lo suficientemente hecha pedazos como para terminar de destruirme con alcohol. Solo veía al fin el momento de tirarme en mi cama a llorar. ¿Cuanto más daño podrías hacerme Alessandro? Supongo que nunca es suficiente para que cosas malas me pasen ¿Es una señal del destino? ¿Acaso la vida me está diciendo que no debo ir en contra de la marea? Una vez alguien me dijo que si desobedeces, cosas malas te pasan. A veces pienso que desobedecí al dios de las desgracias y este me estaba haciendo pagar cada cosa. Le pedí a mi chófer que me llevará hasta mi edificio y así lo hizo. Al llegar un hombre alto y bien vestido se encontraba en la entrada de la recepción, podía verlo debido a la transparencia de los vidrios. Baje del auto y camine despacio hasta ahí. La mirada del hombre se posó en la mía a través de los inmensos ventanales cuando repentinamente se dió la vuelta y se dedicó desvergonzadamente