Su beso era tan voraz que ahogaba mis sentimientos y pensamientos en contra de él, era un beso como los de antes. La confusión me hizo dejarme llevar, de un momento a otro me encontré siguiendo su beso y mis piernas temblaban, todo mi cuerpo ardía completamente.
Sus manos subieron acariciando mis brazos descubiertos hasta posarse en mis mejillas apretando fuertemente, exigiendo abrir mi boca para que su lengua entrara en su totalidad.
Mi mente se fue a las caricias pasadas y definitivamente todo era exactamente igual, mi entrepierna se sentía húmeda y mis pezones duros. Me soltó su boca al fin porque creo que el aire ya se le estaba agotando en sus pulmones, se separó un poco para mirar directamente a mis ojos. Vi en los suyos un deseo de anhelo.
— Dime que tú también aún sientes lo mismo.
Volví de nuevo a la realidad y lágrimas se formaron en mis ojos de inmediato. ¿Por qué él actuaba así? No puedes solo andar por la vida destruyendo la vida de las personas y luego querer armarlas