16
A través del jardín, Daniel miraba a Elena desde la distancia. Sus ojos oscuros estaban llenos de una devoción profunda, como si quisiera grabar su silueta en lo más hondo de su corazón.

Pero Elena solo lo observaba con serenidad. La palpitación y el dolor de antaño se habían disuelto en la nada en este momento.

Como si nada, cerró la ventana, excluyendo ese rostro odioso del exterior.

Poco después, una sirvienta llegó apresuradamente:

—Srta. Pérez, hay un Sr. Fernández en la entrada que desea verla.

El tono de Elena era ligero, su voz fría:

—No lo recibiré. Que se vaya.

La sirvienta asintió y se fue. No volvió a mencionar a ese hombre.

Elena también lo arrojó al olvido.

Al anochecer, el sonido de la lluvia golpeaba contra la ventana. Carlitos, que había despertado sintiéndose mucho mejor, no pudo contener su naturaleza traviesa.

Se apoyó en la ventana para mirar afuera y de repente exclamó:

—¡Tía, tía! Mira, parece que hay alguien arrodillado frente a la puerta.

La voz de Carlitos era
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP