—Así es, te llevo ventaja. —corté el vínculo mental, apretando deliberadamente mi trasero contra su entrepierna, provocándolo.
—Los dejaré a ustedes tres para que se pongan al día. —les dije, saliendo de la habitación.
—No tienes que irte, quiero que te quedes. —la voz de Jorge entró en mi mente. Podía sentir que él quería que me quedara, que conociera a su amigo. Lo cual haría, pero ellos necesitaban un tiempo juntos... Jorge y yo teníamos todo el tiempo del mundo ahora.
—Está bien, además... necesito ver a mis padres.
***
Regresé a la Casa del Alfa en busca de mis padres, pero me encontré con Javier caminando de un lado a otro en el área de la sala... sus ojos casi eran ónix.
Vacilé en entrar a la habitación porque su densa aura pesaba mucho en el ambiente, haciendo que el aire fuera difícil de respirar, incluso desde la distancia.
—¿Javier? —lo llamé cansada, conteniéndome en el umbral de la habitación.
Dejó de caminar, sus ojos se movieron hacia los míos mientras comenzaba a conten