Punto de vista de Jorge
Permanecí en silencio mientras salía de mi habitación, no quería alertar a nadie en casa porque me iba.
Todavía era temprano y, siendo domingo, no había entrenamiento programado. No había razón para que nadie se levantara temprano en un día de descanso para toda la manada, a menos que estuvieran en patrulla fronteriza.
Mientras bajara de puntillas las escaleras, evitando los peldaños que crujían, debía poder salir sin que me oyeran.
Pero cuando llegué a mitad de las escaleras, dejé escapar un suspiro... tanto mamá como papá estaban abajo, esperándome.
—¿Podemos ir contigo?
—¿Cómo se enteraron? —me detuve a unos escalones de ellos, incapaz de ocultar el tono cortante en mi voz. No se lo merecían, pero estaba irritada de que se hubieran enterado.
—Te lo dije, el hospital tiene políticas que seguir. —lo cual significaba que Sophia se lo había contado a papá.
Suspiré internamente, no tenía sentido ocultarles ninguna de mis citas prenatales, de sabiendo que ahora en