Punto de vista de Josefina
Todo el trayecto consistió en Lucas clavándome la mirada a través del espejo retrovisor y yo ignorándolo por completo. Me dolía el cuerpo, necesitaba estirar las piernas, al igual que un descanso para ir al baño, pero él siguió adelante y estaba demasiado irritada con él como para pedírselo siquiera.
Afortunadamente, Lobo durmió todo el camino, de lo contrario no habría tenido otra opción que detenerse si Lobo volvía a morder los asientos.
Con las puertas de la Manada del Fantasma Oscuro a la vista, decidí contactar a papá mentalmente para advertirle que algo había pasado.
—¿Papá? —presioné el vínculo de la manada para encontrar el enlace mental directo con el Alfa.
—Josie, ¿dónde estás? —me concedió acceso de inmediato. Probablemente estaba confundido por qué estaba usando el enlace mental y no el teléfono. Después de todo, debería estar a cientos de kilómetros de aquí.
—En las puertas, ha sucedido algo.
—¿Qué es, qué pasa?
—¿Puedes reunirte con mamá en nues