Punto de vista de Lucas

“Solo el verdadero compañero de Josefina puede protegerla.” Las palabras del Alfa Héctor todavía resonaban en mis oídos. Se repetían como un tambor diseñado para sacudirme hasta el centro. Y no habían fallado.

Ella no tenía una loba... la hija de los dos Alfas más influyentes y poderosos... no tenía una loba.

¿Cómo fue posible?

Había visto tanto a Javier como a José en sus formas de lobo, ¿cómo pudo la Diosa de la Luna negarle a la Pelirroja...? ¿Cómo pudo haberla pasado por alto? ¿Acaso la Diosa de la Luna no la había visto? Era imposible no notarla.

Cualqueir esperanza de dormir anoche desapareció en cuanto él me lo dijo. No pude abandonar su oficina, necesitaba saber más, y cuando llegó el momento del entrenamiento... el sueño era lo último en mi mente.

Incluso cuando ella estaba al pie de las escaleras, con las piernas magulladas y raspadas, intentando ocultar el dolor... me mortificaba pensar en lo que podría haber pasado.

Qué afortunada había sido al escap