Punto de vista de Carla
Casi salté de mi piel al oír la voz detrás de nosotros. Había sentido que nos vigilaban, y parte de mí se alivió al ver que era ella y no lo que había pensado... los árboles.
Llevaba un cabello plateado y largo, ligeramente ralo en la coronilla. Sus ojos eran de un gris azulado que parecían cubiertos por algo, como si estuviera en un enlace mental, vidriosos... como una sombra pálida.
Sus labios eran más púrpura que un suave rojo y tenía manchas de la edad en el rostro, el cuello y los brazos, pero en lugar de ser translúcidas y marrones... eran púrpuras.
Ignoró a Héctor, él era el ser más imponente en ese bosque, pero ella parecía totalmente indiferente. Sus ojos solo se fijaron en mí.
—Nos enviaron... —intenté disipar la incomodidad que se había instalado entre nosotros.
—Sé quiénes son. Deberían entrar... nunca se sabe quién podría estar observando. —sus ojos se desviaron hacia atrás y su nivel de paranoia resultaba inquietante.
Me sentí inquieta, pero no est