El padre de Nicole había sido un ingeniero químico de gran importancia para la mafia mexicana, pero había decidido escapar de esa situación con la esperanza de que sus hijas tuvieran una mejor vida, alejadas del mundo criminal y el narcotráfico. Sin embargo, los capos no perdonan las traiciones y, varios años después, Dominico Ibusquiza continuaba en su búsqueda para hacerlo pagar. Lo que no esperaba Dominico era que cuando viera por primera vez a la hija de su ex químico, Nicole Morales, querría de inmediato hacerla suya, por lo que decide convertirla en la nueva NarcoQueen, obligándola a aceptar o asesinará a su padre. Nicole anhela salir de esa vida, pero sabe que su futuro esposo no se lo permitirá, ¿pero qué pasará cuando Nicole conozca por primera vez a un atractivo ingeniero aeroespacial de la NASA siendo la esposa de tan importante narcotraficante? ¿Será capaz Nicole de arriesgar a su familia por sus propios deseos?
Leer más—¡Bienvenida seas a tu nueva casa, mi reina! —exclamó esa voz despreciable y asquerosa que la llamaba a bajarse del vehículo, una Range Rover negra que la había dejado en el medio de la nada, un lugar en el que ni siquiera estaba del todo segura de la ubicación.
Abrió la puerta con cautela y bajó ante la atenta mirada de varios hombres. Todos ellos con ropas de trabajo y un tanto sudados, haciendo que la chica hiciera una ligera mueca de asco. Se quitaron sus sombreros y la saludaron diciendo cosas como: “Que bella es la nueva patroncita”. Y ella sólo pudo mirar con desprecio al hombre asqueroso frente a ella, quien había pronunciado las anteriores palabras: Dominico Ibusquiza, el hombre que ahora era su propietario.
—¡Usted sólo pida por esa boquita y se le dará lo que usted quiera, mi reina! —continuó explicando emocionado o más bien, casi exaltado, Dominico, quien notoriamente tenía una gran diferencia de edad con ella.
Y sí, se trataba de un hombre de unos 50 años, con arrugas en la cara y una sonrisa exagerada, que bien podría ser la sonrisa de un actor, ya que bien sabía ella que lo que esa mirada y esa sonrisa reflejaban era la terrible vida que ella estaba destinada a vivir.
No podía negar que ese hombre era bastante llamativo, a pesar de su edad, acuerpado, blanco y rubio, por algo le apodaban como “el gringo”, según le había contado su padre, el problema es que él no causaba ni el más mínimo interés en ella.
La diferencia de edad y todo lo que ella sabía de él sólo la hacía pensar en que su destino estaba marcado por el asco que le generaba pensar en él acercándose, tocándola o haciéndole cualquier cosa. Los ojos color miel de él brillaron al tiempo que pudo ver la sonrisa que le dedicaba. Y ella no tuvo más remedio que devolver el gesto secamente, e intentando que su desagrado fuese menos notorio, mientras daba unos pasos lejos de la camioneta, esperando que algo que pasara la salvara de lo que se avecinaba.
Momentos después, uno de los hombres que trabajaba en la hacienda se acercó, de cabello castaño y ojos verdes.
El sujeto estaba mejor vestido que los demás, con ropa limpia y bien lavada, llevaba una camisa blanca tan impecable que se sorprendía que viviera también en esa hacienda, y en el cuello un pañuelo azul bastante curioso, un estilo que poco había visto en otros hombres. Este sujeto hizo una reverencia ante ella y besó la mano con delicadeza, mientras la miraba fijamente, haciéndole sentir algo de incomodidad también.
Y es que era inevitable sentirse incómoda cuando se encontraba en una hacienda que era el tapadero de Dominico Ibusquiza para todos sus negocios de narcotráfico. Nuevamente disimuló el desagrado que sentía al pensar eso y esperó a que alguien hablara, pues prefería permanecer callada para no meter la pata. Si bien era cierto que entendía que sería “la patrona” desde ese momento, también sabía perfectamente que, si algo salía mal, su familia moriría.
—Bienvenida sea, patroncita —saludó con voz aguda el castaño—. Mi nombre es Jonathan Mijares. El jefe, Dominico Ibusquiza, me ha dado la orden directa de que sea su asistente personal, así que permítame darle un tour por la hacienda, mientras los peones llevan sus maletas y las mucamas preparan su nueva habitación.
Ella asintió y el sombrero que llevaba en ese momento se cayó hacia atrás, dejando ver a todos una hermosa cabellera pelirroja rizada y unos ojos marrones que, a pesar de parecer simples, estaban llenos de un encanto misterioso. Su piel era morena, pero era tan hermosa que bien podría ganar un concurso y todo eso había estado cubierto por ese gran sombrero en donde había ocultado sus rizos pelirrojos.
Los hombres no pudieron evitar hacer una exclamación de “Oh” en donde se quedaron por un momento embelesados, incomodando más a la chica, pero Jonathan se mantuvo tranquilo y la instó a caminar hacia él.
—Mi reina… ¡te espero en el comedor! ¡Servimos la comida en media hora! —le informó finalmente, cuando ella se marchaba, el asqueroso hombre que la había llevado a ese lugar.
Definitivamente en la vida de Nicole las cosas iban a ser bastante turbias en un futuro cercano, pero no podía evitar sentir un total desprecio por lo que estaba viviendo. Y es que Nicole no era cualquier chica: ella era en ese momento la futura esposa del capo Dominico Ibusquiza, ella era la nueva NarcoQueen.
Estaba demasiado nerviosa cuando se dio cuenta de que se había enloquecido. La desesperación de tanto tiempo sin desinhibirse con alguien que acababa de conocer y sospechaba que eso podría no haberle gustado a Logan. Lo miró con nerviosismo, queriendo hablarle sobre lo que sentía, pero tampoco estaba tan segura de qué decir, pues al final era sólo una aventura.—¡Ay, no! —exclamó Nicole llevándose las manos a las mejillas—. Perdón —dijo seguidamente, con voz nerviosa e intentando mantener su mirada en el agua.—Eh… soy yo quien lo siente. No pude contenerme al sentir que te movías de esa forma. —Él intentó acercarse algo tambaleante y Nicole lo miró por fin, mientras bajaba sus manos para llevarlas al rostro de Logan, que no quería mirarla—. Yo… no me imaginé que pasaría esto y fue muy… ¿alocado?Por fin ella lo obligó a verla y él parecía un gatito asustadizo, lo que la llenó de ternura.—Perdón. Yo no soy así, pero tenía muchos años pensando que mi libido ya no existía y contigo des
Lo primero que quería después de tantas cosas complicadas era hablar con su familia, así que finalmente, tras haberse retirado Jhania y Jonathan, Nicole tomó un rápido baño y se acostó en su cama para saca nuevamente su teléfono y marcó el número de su casa, algo que ya bien conocía. Estaba totalmente emocionada de poder por fin hablar con su padre y su hermana, no le importó demasiado la hora, porque sabía que estarían despiertos y en casa, pero sí le pareció importante hablarles con cautela.El tono en el teléfono y la larga espera la estaba inquietando un poco, pues nunca demoraban tanto en contestar, hasta que…—¿Bueno? —inquirió una voz del otro lado del teléfono y Nicole no pudo evitar sonreír.—Hola, Andrea, ¿cómo estás? Te he extrañado muchísimo —habló casi sin pensar, pero la voz de su hermana había sido muy gratificante.Un chillido casi asustado y un sonido de plástico golpeando el piso la alertó de que su hermana se había asustado con las palabras de Nicole, quien no pudo
Después de haber “festejado” con Dominico, lo que consistió, básicamente, en verlo hablar toda la noche sobre cuánto podrían lograr “blanquear” en Estados Unidos con ese negocio, mientras él bebía indiscriminadamente y Jonathan se encargaba de vigilarla y darle algo de comer, Nicole consiguió volver a su cuarto a eso de las dos de la madrugada. Jonathan se fue con ella y, para su sorpresa, en el cuarto de Nicole estaba Jhania en ese momento con una sonrisa de oreja a oreja y diciéndole que no tenía mucho tiempo, pero que quería hablar con ella.—¡Cuéntame todo! —exclamó emocionada, pero manteniendo un tono de voz bajo y Nicole no pudo evitar sentir mucha alegría de poder hablar con una amiga.—¡Me comprará el teléfono! —contó con alegría la pelirroja, sentándose con su amiga y empezando a contarle todo lo que había pasado con lujo de detalles. Ella primero se emocionó muchísimo cuando le contó lo de Logan, pero luego su semblante cambió un poco cuando escuchó que Dominico había apunta
Al llegar, todavía los otros amigos de Logan no habían regresado, así que él aprovechó para contarle un poco sobre su trabajo, ya que él amaba el espacio desde niño. Era magnífico oírlo hablar de cuánto anhelaba ir al espacio y todo cuanto trabajaba para ello, lo que era demasiado genial para Nicole, quien habría adorado conocer a Logan en otras circunstancias. No podía evitar mirarlo con emoción, especialmente porque él nunca dejaba de hablar y ella tenía dificultades para exteriorizar sus opiniones y emociones.—¡Volvimos! —los sorprendió de repente Michael con alegría y en ese momento Nicole notó que tenía varias horas escuchando a Logan hablar. Mistique estaba tras Michael y tenía cara de pocos amigos, pero parecía más tranquila—. Le prometí a Adriana que saldríamos mañana a pasear por el pueblo, y eso te incluye a ti, Adrian.Logan asintió y luego estuvieron hablando con ellos, Gunther no había llegado todavía y por lo que pudo escuchar Nicole, parecía que el actor se encontraba
Dominico se fue a la oficina de su amigo apenas llegaron a la hacienda, tras despedirse con un beso de Nicole y pedirles a los muchachos que “cuidaran a su reinita”. De forma que ella quedó con ellos en la piscina, en donde estaban también unos niños que, por lo que le comentaron, eran hijos de algunas mucamas que aprovechaban los domingos para utilizar la piscina.Ellos permanecieron sentados a un lado, en donde había algunos sofás estilo playero bastante cómodos y Gunther y Michael empezaron a jugar un extraño juego de cartas, mientras Logan se sentaba a verlos y Mistique junto a él. Nicole, tratando de mantener su postura de “niña buena”, se sentó en una hamaca cercana a mirarlos desde lejos, sin decir ninguna palabra.—¿Hoy sí podremos ir de shopping? —preguntó Mistique haciendo puchero a su hermano, quien la miró con fastidio.—¿Por qué no vas con Michael? Seguro él estará feliz de cumplir tu capricho —le respondió con flojera Logan, quien luego miró a Nicole—. Yo prefiero hacer
Se acomodó la ropa rápidamente cuando vio la mirada confiada de Dominico y recordó con quién estaba. No podía creer lo golfa que era si quería estar con Logan y pensaba en él mientras se dejaba tocar por ese hombre.“¡Ay, no!” —pensó horrorizada completamente avergonzada mientras se acomodaba en el asiento y rogaba porque el conductor no la hubiera escuchado.—¡Ay, mi reinita! ¡Esta noche te salvas, pero mi paciencia se está acabando después de estas maravillas! —exclamó Dominico emocionado.No demoraron mucho tiempo en el camino de regreso a la hacienda, pero él estaba tan ebrio que tampoco tardó casi nada en dormirse en el asiento. Al llegar, Jonathan la recibió y habló con algunos de los peones para que subieran al jefe a su habitación, mientras él se llevaba a Nicole para enterarse de todo lo que había pasado, lo cual ella contó de inmediato apenas vio al estilista.—Bueno, mi ciela… al menos ya el jefecito cree que te llevó al cielo y que es el primero que te ha hecho sentir un o
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