Beta Emir y Astrid llevaron a Alfa Caleb al aposento contiguo, dando la orden de volver de acondicionar la habitación del Alfa. El joven Alfa se recostó en la cama.
- Debe descansar un par de horas, Alfa. Esta noche es su unión con la princesa Radha, sin embargo, por el bien de su salud física, debe evitar la erección por una semana.
- No te preocupes, Astrid, frente a esa maldita loba no tendré ninguna de aquellas… y no volveré a beber ni a comer nada que no pase antes por catadores reales.
- Es lo más sensato, Alfa - asintió Beta Emir. Me encargaré de ello.
- También debes encargarte de mi futura difunta pareja. Está atada en su habitación.
Beta Emir hizo una reverencia para salir de la habitación, para luego mirar a Astrid que le sonrió suavemente. Su intercambio de miradas se vio interrumpido por la voz de Alfa Caleb.
- Beta Emir, puedes retirarte. Tengo asuntos que tratar con la Omega Astrid.
Emir salió de la habitación en silencio, obedeciendo a su Alfa. Astrid permaneció de