La azafata se acercó a Adam de manera coqueta. “Señor… ¿Gusta algo del bar?”.
Adam la miró por un momento y después observó a Melody que los miraba con una ceja levantada y cruzada de brazos.
Adam sonrió y miró a la mujer. “No gracias, pero mi esposa desearía algo”.
La azafata giro a ver a la chica de enfrente y con otro tono le dijo. “¿Se le ofrece algo?”.
Melody rodó los ojos ante la mujer, claro que se notaba diferente el trato. “Algo ligero con alcohol”.
La azafata asintió y regresó con una bebida. Melody tomó un sorbo y sonrió. “Gracias”.
Se abrocharon los cinturones y Melody observó por la ventanilla como iban tomando altura.
Adama la miro. “¿No tienes miedo? “.
Melody negó sonriendo y recordando. “No. Mi mama y yo viajamos constantemente cuando era pequeña, ella me enseño una pequeña canción infantil, su voz me quitaba el miedo…”
Melody empezó a cantar muy bajo. “Había una vez un avión… que bajaba y subía… al cielo quería llegar…”
Adam se quedó escuchando su tierna vo