DAMIÁN
—Si disculpa Sabatini, el chofer me informa que hay mucho tráfico — Es la única excusa que se me ocurre decir es que debió haber aparecido hace casi veinte minutos y el abogado de la familia no es una persona que sea conocida por su extrema paciencia. Por fin me informan que ya están llegando.
—Cinco minutos más y te juro que me iba y te atenías a lo que eso significara para tu querido primo — Sé que este abogado me odia, que para él la mejor opción para manejar el imperio del abuelo hubiera sido ese papanatas, porque sé que lo manejaría a su antojo y gana.
Estoy nervioso, ya me he aflojado el nudo de la corbata varias veces, de pronto mi secretaria me anuncia que LA SEÑORA HARPER ya llego, suena raro y le informo que la haga pasar, cuando la veo estoy como casi sin palabras o mejor dicho las tengo atoradas en la garganta, se ve no digo como aquella noche, pero es DIFERENTE, mi corazón late de manera errática, no sé si es la combinación de su vestido con su chaqueta y ese sombr