¿Que puede ir mal en un contrato con una escort? En especial si más que un convenio esto termina yendo más lejos de lo que pensaron… Una relación toxica, nuevas experiencias, un personaje peculiar y un contrato fuera de los limites establecidos...
Leer másPDV: Evan
Uno de esos días de arduo trabajo que frecuentemente suelo tener, luego de ubicar los respectivos equipos fotográficos que por lo general uso, venia Roberta hacia mi reflejando en el rostro un gesto de molestia.
—¡Evan, debemos hablar! —por el tono de voz de inmediato comprobaba que estaba molesta, por ello preste atención a lo que me diría.
—¿Que ocurre Roberta?
—Tu madre, vino aquí como si esta fuese su casa, insultándome y nuevamente robando algunas de tus pertenencias, incluyendo tu licor, luego se retiró como si nada. Creí que habías solucionado esa situación.
—¡Demonios! hasta qué punto mi madre seguirá arruinando mi vida, primero lo hizo con mi padre y ahora sigue conmigo.
—¿Porque no llegan a un acuerdo? entiendo que es tu madre, pero no puede venir y tratarme como si fuese nadie.
—Lo lamento Roberta, siento lo que esa mujer te dijo, pero no es fácil lo que me pides, con Melany Carpenter no se puede llegar a nada y no quedare en la quiebra por su causa.
—Pues debes hacer algo, Evan, entiendo que soy tu empleada y no me quejo por serlo, a pesar de que cada vez que entro a tu habitación, en especial a tu baño encuentro un completo desastre.
—Ya hablamos de eso y por ello te contrate.
—Si Evan, lo hemos hablado, pero en ocasiones consigo infinidad de prendas de mujer y debo deshacerme de ellas porque tú me lo pides.
—En primera, de eso hace mucho que no pasa, con las que estoy últimamente me aseguro de indicarles que no dejen nada.
—¿Y hasta cuando lo harás? ¿Pretendes llevar la misma vida desenfrenada como tu madre?
—No me compares con ella, somos muy diferentes, mi madre no tiene donde caerse muerta, de no ser porque es una de las socias minoritarias de la empresa de su familia estuviese en las calles mendigando.
—Te empecinas en decir que son diferentes, ¿pero te has dado cuenta que tienen gustos similares?
Ante esto que decía fui al minibar y serví una copa de vodka que tome de un solo trago, el cansancio y el estrés que me generaba esta situación me agobiaba.
—El hecho de que tenga sexo fortuito con quien quiera no quiere decir nada.
—¿Has pensado que sucederá con el paso de los años? tu galanura no durara siempre.
—Roberta, tengo veintitrés años y acumulo una gran cantidad de dinero, ¿Crees que me preocupare por eso?
—El dinero no lo es todo, ¿nunca has meditado en la idea de tener una pareja y más adelante pensar en una familia?
—Roberta, tú más que nadie sabe la infancia que tuve, ni siquiera conocí a la familia de mi madre completamente y mi padre desapareció por el simple hecho de que tenía otros hijos con su nueva esposa.
—Evan, estuviste bajo la custodia de tu madre, no sabes si realmente no quiso estar en tu vida, además, me has dicho que el pago todo desde que naciste, de no ser por tu padre no fueses un profesional como lo eres actualmente.
—Quizás tengas razón, pero no perderé mi tiempo buscándolo para saber sobre eso asi como al resto de la familia, los cuales por lo que he notado me han ignorado por completo —respondí desde el sillón donde me encontraba tomando asiento.
—Estas siendo… —el sonido que indicaba que alguien estaba en la puerta principal hizo que Roberta callara y girara la vista, seguidamente se dirigió hasta esta para saber de quien se trataba.
Minutos después, el sonido de carraspeo que emitía esa persona que hacia acto de presencia para hacerse notar hizo que girara la vista hacia donde estaba. En vista de que desconocía quien era la mujer que tenía en frente miraba con extrañeza a Roberta.
—Evan, la señora presente me indico que es tu abuela.
—Es cierto, soy Taylor Carpenter, tu abuela materna.
—¿Abuela materna? No he sabido nada de la familia de mi madre, según ella todos la dejaron a un lado después de que nací —dicho esto Roberta se retiró, pensó que era prudente hacerlo, aunque fuese mi empleada de confianza lo que ambos hablaríamos no le concernía.
—¡Vaya!, veo que Melany nunca cambiara, aparte de ser una completa descuidada, holgazana y sin una orientación como tal, también compruebo que siempre será una mentirosa.
—Tal parece que lo que dices es cierto, no había escuchado una descripción tan certera de mi madre como la que acabas de referir.
—Eso es porque la conozco, se la clase de persona que es mi hija, la cual hace poco supe de ella y debido a eso averigüe de tu existencia. En vista de la unión que tuvo con tu padre, esa desastrosa decisión, nunca supimos de ti, pero eso es pasado y por ello estoy aquí.
—Si vienes a ofrecerme dinero, créeme que te equivocas, no lo necesito, vivo muy bien.
—De eso me doy cuenta, antes de venir pude informarme sobre tu vida y todo lo que respecta a ella, aunque desgraciadamente pude notar que llevas él mismo plan de vida que tu primo Sam.
—Abuela, me parece que haces mal comparando mi vida con la de él. Entiendo que seamos primos, pero eso no te da el derecho a compararlo conmigo, somos muy distintos.
—No los comparo, sé que ambos tienes oficios diferentes, pero la forma de llevar sus vidas es muy semejante. Vacía, llena de excesos y nada positivo que los ayude en el futuro.
—No lograras nada sermoneándome.
—Realmente no vine a eso, Evan. Mi propósito es presentarte con los pocos miembros de la familia, asi como los socios y demás empleados de la empresa que poseo. De esa manera también sabrás la decisión que se tomara luego de mi muerte.
—¿Tu muerte?
—Sí, padezco una enfermedad terminal, pero más que temor a mi muerte el hecho de no saber a quién dejarle todo lo que poseo me desconcierta.
—Me parece que no comprendo tu idea claramente.
—El sábado realizare una reunión, si decides asistir entenderás con más detalle de que hablo.
Eso que mencionaba me confundía. ¿Que importancia tendría para mí asistir a una reunión donde se hablaría sobre su herencia? misma que no me interesaba en lo absoluto…
Meg por su parte viendo lo que ocurría no decía nada, solo me indicaba que hiciera lo que me decían, por ello sin siquiera preguntar le seguí. Me dirigió a su oficina y sin decir nada de esa manera entramos. Me señalo que tomara asiento y así lo hice mientras ella a una distancia prudente encendía un cigarrillo. —Viena, sabes que estuviste suspendía por un incidente que provocaste, ¿cierto? —Si Silvia, lo sé. —Y si lo sabes ¿Cómo es posible que sigas provocando líos? esta vez en las instalaciones de la agencia —pronuncio con enojo para llevar el cigarro a la boca y luego exhalar el humo. —No sé qué te habrán comentado esas arpías, pero… —¡Pero nada! no tomo decisiones por otros, solo ato cabos y de acuerdo a como es la persona decido lo que hare. Por ello te indique que me acompañaras, quiero entender porque el hecho de que Megan sea la escort del imbécil de Sam Carpenter te afecta, ¿Aún no superas lo ocurrido? —Silvia, no es tan fácil, debes comprender que de ese hecho solo han
—¡Rayos, Evan! ¿Hasta cuándo beberás como lo haces? ¡Mírate! de seguro no puedes ni dar un paso del dolor que te aqueja ¿cierto? —Roberta… no quiero sermones… no por ahora, además, no vuelvo a hacerlo. —Si, por supuesto, lo mismo dijiste en tu cumpleaños cuando te fuiste a las vegas y trajiste a tres bailarinas contigo. —Era mi cumpleaños... además, quería pasar el mal trago de que mi madre había robado previamente mi lugar de trabajo. —Pues, hablando de ella está en la cocina, al parecer esta sobria y hambrienta ya que está devorando el resto del desayuno. —Recuerdo haberte prohibido que le dieras acceso en la casa ¡¿Porque carajo no obedeces?! —Si lo hice, no sé cómo entro y para cuando la note estaba en la cocina comiendo. —De ser así despediré al servicio de seguridad y buscare a otros, preciso por ella los contrate. —Pienso que antes de tomar esa decisión hables con ella, de esa forma podrías enterarte como hizo para acceder. —No planeo hablar con ella, la cabeza me retu
Pese a la actitud atrevida de Meg la detallaba de pies a cabeza para seguidamente reflejar en mis labios una sonrisa ladeada. —Evan Short. —Supuse que tenías un nombre como tú. —¿Como yo? —pregunte para acercarme a ella y volver a sonreír como lo había hecho anteriormente. —Ya sabes, guapo, sexy, lo cual afirmo ya que por lo poco que observo tu cuerpo me lo certifica —el haber dicho esas palabras la llevo a pasar su mano por mi pecho, acto que permití mientras la admiraba. —¿Qué te parece si esta conversación la continuamos en otro lugar más privado? —Desde luego, estaba segura que tú y yo tendríamos algo esta noche. —No te adelantes, preciosa, no avecine que fuese a suceder algo entre los dos, solo hable de llevar la conversación a otro lugar—susurre en su oreja al compartir la cercanía que manteníamos. Disponiéndonos a salir del lugar la chica que me acompañaría me pidió un momento, Tal parecía que atendería una llamada, la cual daba alusión de ser urgente, lo deducía ya que
PDV: VienaEl saber de mis padres y tener la valentía para llamarlos me hizo comprobar a través de sus palabras que aunque no apoyaban la decisión que había tomado, si la respetaban. La veían descabellada, pero si era algo que me había planteado hacer con total determinación, no tenían quejas al respecto, solo que no saliera lastimada nuevamente como en el pasado. Pese a ser un acontecimiento que lentamente estaba procesando, en ocasiones recordaba ese horrible episodio, el cual en algunas oportunidades conllevaba a que tuviera terribles pesadillas, llevándome a pensar que ese sujeto volvería para nuevamente lastimarme, mismo que me llevo a tener una dolorosa recuperación, sin embargo, pude continuar con mi vida.Con todo ese planteamiento mental en el que me encontraba tras haber salido del baño, la puerta de mi habitación se abrió, con ello observaba a Meg en ropa interior.—Creí que te demorarías, por eso hable con Mike para que viniera a darme mi dosis. —¿Dosis? ¿No me dirás que
PDV: EvanUno de esos días de arduo trabajo que frecuentemente suelo tener, luego de ubicar los respectivos equipos fotográficos que por lo general uso, venia Roberta hacia mi reflejando en el rostro un gesto de molestia. —¡Evan, debemos hablar! —por el tono de voz de inmediato comprobaba que estaba molesta, por ello preste atención a lo que me diría. —¿Que ocurre Roberta? —Tu madre, vino aquí como si esta fuese su casa, insultándome y nuevamente robando algunas de tus pertenencias, incluyendo tu licor, luego se retiró como si nada. Creí que habías solucionado esa situación. —¡Demonios! hasta qué punto mi madre seguirá arruinando mi vida, primero lo hizo con mi padre y ahora sigue conmigo. —¿Porque no llegan a un acuerdo? entiendo que es tu madre, pero no puede venir y tratarme como si fuese nadie. —Lo lamento Roberta, siento lo que esa mujer te dijo, pero no es fácil lo que me pides, con Melany Carpenter no se puede llegar a nada y no quedare en la quiebra por su causa. —Pues
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