Después de cenar, ya estaba en la cama cuando oí unos ligeros golpes en la puerta y a Theo entrando.
- ¿Puedo... ¿Dormir contigo?
Me eché a reír, incapaz de contenerme.
- ¿De qué te ríes?
- Te vi de niña... Con tu almohada en los brazos...
- Sólo hubo unos pocos años en los que tuve miedo de dormir sola.
- ¿Quién en su sano juicio prefiere un sofá a una cama cálida y cómoda?
- Me sentía seguro a tu lado, cielo -dijo, tirándose en la cama a mi lado con una sonrisa de oreja a oreja-.
- Tenemos tantos buenos recuerdos...
- Que guardaremos para siempre.
- ¿Cómo va todo con Malica? - quería saber, ya que no se lo había preguntado el día anterior.
- Ella sigue diciendo que no va a tomar el examen.
- ¡Qué locura!
- ¿