- Quiero que seas mi mujer, María Lua. Mi vida no tiene sentido sin ti.
- Pero acabamos de pasar casi una semana sin hablar...
- Y eso me rompió. Venía a tu puerta todas las noches... Pero no tuve el coraje de entrar. Pero creo que es normal. Porque mi relación contigo es diferente a la convivencia con Málica. Yo no peleaba con ella, porque no había sentimientos.
- ¿Pero no es bueno "no pelear"?
- Nuestras vidas tenían una rutina metódica. No puedo explicarlo... Pero no había la intensidad de estar a su lado. Sé que me pidió tiempo, porque necesitaba hacer algunas cosas, como vivir sola, tener su propia vida antes de unirse a mí definitivamente. Pero no tiene sentido que sigamos separados...
Le miré, sin saber qué decir, pues mi vida había dado un vuelco. Y vivir sola ya no tenía sentido. Lo único que quería era estar