Me reí:
- "¿El pequeño Theo?
- Quería sacarle una sonrisa. - Me miró, orgulloso.
- Disculpa aceptada.
- Quería que cuando volvieras supieras lo bien recibido que eras aquí. Y Fluffy promete que te portarás bien a partir de ahora.
- Y yo prometo no bañarlo. ¡Nunca más! - Levanté la mano.
- La mano está incluso opaca junto a estos arañazos de aquí... - Me tocó la cara y luego el cuello, sin prisa.
- Espera a ver los arañazos de su barriga... - bromeé, cerrando los ojos.
Lentamente me alisó el cuello con su cálida mano, sus dedos llegaron a la parte posterior de mi oreja, provocando mi excitación.
- Buenas noches, familia.
Los dos volvimos la cara al mismo tiempo hacia Málica, que salía de la cocina con su delantal blanco, sin un solo rastro de suciedad, y una cuchara de madera en la mano. Llevaba unos zapatos negros en los pies y ni siquiera se le veía lo que llevaba debajo del delantal, de tan corto que era.
- ¿Qué...? Estás... ¿Qué haces aquí? - preguntó Theo, atónito.
- ¿Cómo que qué