Pero antes de que pudiera venir, fui a su encuentro y nos encontramos en el pasillo, los dos prácticamente corriendo el uno hacia el otro.
- María Lua... ¿Va todo bien? - preguntó Theo preocupado.
Observé a Malica justo detrás de él, desconcertada.
- Theo, mira esto. - Le entregué mi móvil.
En cuanto terminó de leerlo, me miró. Sus ojos se ensombrecieron y, además de furia, pude ver decepción:
- ¿Cómo...? ¿Te has enterado?
- Varios mensajes... Papá, mamá, Ben...
- Theo, ¿qué ha pasado? - Malica tenía curiosidad.
Me alcanzó el móvil, que ella empezó a leer inmediatamente.
No me lo pensé dos veces y me acerqué a él, abrazándolo. Theo rodeó mi cuerpo con sus brazos y pude sentir su jadeo. Podía imaginar la decepci&oac